viernes, 27 de marzo de 2009

El problema de... llamarse “Oposición”

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Creo que estamos cometiendo un error en este país en el modo con el que apodamos al “segundo partido electo”, el llamado “Oposición”, y considero que este hecho influye directa o indirectamente en nuestros juicios, haciendo que nuestra objetividad se vea mermada y pueda llegar a afectar en nuestras decisiones políticas, y futuras votaciones.

Es un error en primer lugar porque la palabra “oposición” no tiene significado positivo sino peyorativo y negativo, y a modo de ejemplo adjunto una serie de sinónimos (1), entre los cuales sorprendentemente no encontramos ninguno positivo:


Rechazo
Enemistad
Hostilidad
Antagonismo
Antinomia
Contradicción
Contraposición
Incompatibilidad
Batalla
Provocación
Divergencia
Discrepancia
Disconformidad
Desacuerdo, etc.


Todos desearíamos que el Partido en la Oposición no siempre estuviese en contra de las decisiones del partido que en ese momento sea el Gobierno, sino que fuese una fuerza más, que ayudase a los ciudadanos, (ya que nunca se debe olvidar que Ellos, los ciudadanos, son los representados), apoyando las buenas decisiones del Gobierno, asesorando en las decisiones difíciles y rechazando todas aquellas acciones injustas, ilegales, dudosas, etc. Pero... ¿cómo vamos a conseguir consenso en algún punto si el nombre con el que apodamos a esta segunda fuerza es totalmente contrario a cualquier acción positiva de unión o colaboración?

Otro dato significativo es que si echamos la vista atrás a las 2 últimas elecciones Generales, así como a las últimas elecciones Autonómicas, vemos que cada vez más partidos pequeños o nuevos suman escaños y representación llegando a ser común ver formaciones políticas de Bipartitos y Tripartitos, y deben también ser tenidos en cuenta, por lo tanto, y aportando una posible solución al problema, ¿por qué no llamarles “Partidos periféricos(2) ?

No veo posible aún que en este país lleguemos a aceptar que cualquier partido político, (sea partidario o no de nuestras ideas y convicciones políticas), pueda tomar unas veces decisiones correctas y otras veces decisiones incorrectas, y por eso es importantísimo que todos los partidos se unan y vigilen unos a otros con el ánimo de colaboración y en beneficio de los ciudadanos. Pero el problema es cuando inconscientemente un término, el de oposición, nos influye de manera negativa... a modo de mensaje subliminal, y les excusa para poder estar en contra siempre de cualquier decisión... ¿por qué no lo iban a estar si son la Oposición?

Un ejemplo para pensar...

Imagínense estos titulares en prensa, ¿Te sorprendería leer alguno de ellos?:

1.- “El partido de la Oposición apoya la decisión del Gobierno”
2.- “El partido de la Oposición en desacuerdo con la decisión del Gobierno”
3.- “El Primer partido Periférico apoya la decisión del Gobierno”
4.- “El Primer partido Periférico en desacuerdo con la decisión del Gobierno”



Quizás nos sorprendería a la mayoría el nº 1, porque sencillamente que “El partido de la oposición apoye” suena a utopía por los significados de los términos... el resto, los nº 2, 3 y 4 tan sólo nos harían leer el resto de la noticia... Por tanto:

¿Crees que puede influir el nombre “Oposición” en cómo juzgamos las decisiones y opiniones políticas?, ¿Influye en cómo juzgamos a ese partido?, ¿Crees que habría que plantearse otro término? ...


...Piensa en Social!

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(1) http://www.sinonimos.org/oposicion

(2) Término original de Veiga López-Peña, R. 2009

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