miércoles, 29 de abril de 2009

Austeridad... ¿sin ser ejemplo de lo que se predica?

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Hace unos días oíamos a uno de nuestros políticos pedir austeridad.

Pues bien, para predicar hay que ser ejemplo de lo que se pide. Y muchos de nosotros nos preguntamos al oír esas palabras, ¿por qué no aplican esa austeridad en los traslados que hacen en coches oficiales?, ¿en las reuniones y desayunos en hoteles con el vil pretexto de llegar a acuerdos económicos y sociales?, ¿por qué no se aplican la austeridad en los sueldos de sus políticos?, ¿en los viajes “oficiales”?, ¿por qué no les quitan las tarjetas de crédito?... una persona con un cargo público debe vivir con su sueldo, y no tirar de arcas públicas que pagamos todos.

Los Ayuntamientos son el fiel reflejo de las políticas que los diversos partidos emplean, y para desgracia de la mayoría de grupos… son una vergüenza. Políticos en juicios por corrupción, construcción ilegal de promociones bajo la excusa de ser de protección oficial, regalos de coches, coches oficiales blindados que tienen un alto gasto en combustible y que no son ecológicos como nos piden a nosotros que sean nuestros vehículos. Planes de ayudas para jóvenes inaccesibles, personas dependientes sin recibir la ayuda que por derecho tienen, centros de salud y hospitalarios a rebosar, colas interminables para recibir el subsidio, engaños a la hora de matricular a los niños en el colegio sólo para conseguir una plaza, personas que nos reciben la ayuda de comedor y un largo etcétera de situaciones que vosotros… los políticos, no vivís.

Cada uno, antes o después, recibe las consecuencias de sus actos, y tiene lo que merece… todo lo bueno, y todo lo malo. Y aquí todos somos uno. Recuerde lector, que si ha engañado al matricular a su hijo en el colegio, si ha engañado a Hacienda, si tira de la tarjeta del trabajo para pagar aunque sea un café, si miente en su currículum para acceder a un trabajo, … si habla sin ser ejemplo de lo que pide o predica, entonces, hace que una persona con su hijo se quede sin la plaza en el colegio que merece, la que es suya por derecho. Si engaña a Hacienda, quizás esté haciendo que una persona con menos recursos pague su mentira. Si tira de la tarjeta de crédito del trabajo para asuntos propios, puede que esa falta grave la pague su compañero de trabajo, o el resto de la población.

Si exigimos a los políticos la austeridad que predican, SEAMOS EJEMPLO PRIMERO NOSOTROS. Y el que no lo sea… que baje la cabeza y se avergüence para poder empezar de nuevo.

Y tú quién eres… ¿de los que engañan?, baja entonces la cabeza, y sé ejemplo de lo que exiges, porque se puede empezar de nuevo.

Recordemos que muchas veces nuestros actos, nos definen como persona.


1 comentario:

Isabel rossignoli dijo...

Aplaudo a la integridad, a ver si ser honesto vuelve a colgarse en el listín de los valores de nuestro tiempo.