lunes, 13 de octubre de 2008

El valor de un amigo

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No tienes derecho. No puedes hacerlo y lo has hecho.

El valor de una vida, el valor de la vida de un amigo vale más que todos los años, las horas y los segundos que pasamos juntos.

Dejar todo de lado con la cobarde y falaz excusa de una vida feliz imposible no me vale, no nos vale.

Nos dejas aquí al resto. Luchando con lo mismo que tú luchabas. Egoístamente, débilmente, no me vale.

Todos hemos ido decidiendo, haciendo camino. Encontrándonos con nuestros errores, arreglando las ofensas, retorciendo excusas hasta hacerlas no creíbles. ¿Quién eres tú para marcar a tus amigos de esta manera?

Y lo peor, ¿cómo abrir ahora tus ojos?

Es muy fácil tener valor para morir, lo valiente, es tener valor para vivir. Las personas que cuentan, las que valen, son las que con su ejemplo nos hacen ver que la vida es paciencia, buen hacer, previsión y decisión.

Tú que llenas los pañuelos de lágrimas, las lágrimas que hoy son por ti. Tú que te quejas de quien te ha hace sufrir, de quien no te deja vivir, de quien te impone una camisa, de quien te marca un horario… ¿no eres libre?, ¿no lo gritas a los cuatros vientos?,
…pues ¿por qué te condenas a las esposas de las muerte?, ¿esa es la mejor vida que puedes llevar? Tristemente no, lo sé, y por eso te lo digo, te lo recuerdo, lo grito si es necesario, pero deja de hacer daño a quien no merece el daño…empezando por ti.

¿Hay que llegar a ese punto para hacerse oír?

¿Hay que decirlo?… pues se dice, como tantas otras veces, tantas como quieras, tantas como creas necesario, tantas como pueda… hasta que tú decidas que puedo… VUELVE, o por lo menos… QUÉDATE.

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