martes, 7 de octubre de 2008

Las lágrimas del poblado de Cho Vito

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No he podido contener las lágrimas. No he querido hacerlo.

Ayer comenzaron a derribar el poblado marinero de Cho Vito (Tenerife) porque no cumplía la ley de costas.

Es vergonzosa la acción que se he llevado a cabo.

Si partimos de la ilegalidad como criterio, este poblado debía ser de los últimos en derribarse. Habría que haber comenzado por la multitud de hoteles, apartamentos y chalets, muchos de ellos de lujo, que vemos por todo el litoral español, que con el sólo ánimo de lucro afean nuestras costas, y crean una auténtica contaminación visual y ecológica.

Si partimos de un criterio que considere las consecuencias de no cumplir la ley de costas, es inaceptable que un poblado que bien podría considerarse de bien cultural, una de las últimas reliquias que conservamos de la auténtica España marinera, libre, sencilla y hermosa, se derribe sin dejar más huellas que los restos de lo que ayer eran viviendas de gente, de personas.

Pero hay más. Muchas de estas familias tienen las escrituras de las casas con fecha anterior a la implantación de la ley de costas y llevan mucho tiempo luchando para que no se aplique la retroactividad de la norma.


Ahora… toca la otra parte.

Detrás de este derribo, de todos los derribos, hay familias enteras que se quedan sin hogar, sin recuerdos, sin parte de su vida.

En este caso, todos han esperado sentados, unidos, luchando juntos de manera pacífica. No ha habido gritos hasta que han empezado a exigir el desalojo. No querían irse, y se han quedado hasta el último segundo que les ha sido permitido.

Hoy he visto a personas llorar mientras derribaban sus hogares.
Lloraban de verdad, con dolor, como cuando pierdes algo que quieres y sabes que NUNCA más lo volverás a tener, esa es la realidad, no hay otra.

No han perdido sólo una casa. Han perdido su barrio entero, sus costumbres, sus horarios, sus conversaciones sentados a orillas del mar,....
Todos ellos deberán buscar un nuevo barrio, una nueva casa. Y ya nunca podrán visitar el lugar donde vivieron.

Sinceramente, considero que no era necesario ni prioritario el derribo de este poblado, hay muchas otras construcciones que de verdad tendrían que estar ya demolidas.

Si nos basamos en la ley, de acuerdo, es legal.

Si nos basamos en la moral, lo siento, es ilegal.

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Ref. http://www.elpais.com/articulo/espana/desalojados/Tenerife/derribo/casas/elpepuesp/20081007elpepunac_11/Tes

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